¿Cómo los días duran tan poquito?
No sé tú, pero a mí los días se me pasan volando.
Entre el trabajo, los pendientes, los lanzamientos de monpaper, diseñar nuevos productos, pensar en el futuro y mil cosas más… de la nada ya estamos casi a mitad de año y me pregunto:
¿Qué pasó con abril?, ¿cuándo fue marzo?, ¿cómo ya es mayo?
Y no es porque no esté haciendo cosas (porque me la paso en la compu!).
Pero si soy honesta, ha habido momentos en los que he sentido que solo estoy “avanzando” por inercia. Como si mi vida fuera una lista de tareas en piloto automático.
Y cuando eso me pasa, hay algo que siempre me ayuda a volver: hacer una pausa.
Lo que me enseñó hacer una pausa cada final de mes
Desde hace un tiempo, decidí que al final de cada mes sí o sí me tomo unos minutos para reflexionar.
No es nada fancy ni súper planeado. A veces lo hago en mi cama con un té para dormir, otras veces en mi escritorio, con velas, música o en total silencio. Pero el punto es el mismo: detenerme y preguntarme cómo me siento con lo que estoy viviendo.
A veces me doy cuenta que logré cosas importantes sin darme cuenta.
A veces noto que me estoy exigiendo más de la cuenta.
Y muchas veces… simplemente agradezco.
Agradezco seguir aquí, haciendo lo que amo.
Agradezco tener días tranquilos y también los que me retan.
Agradezco poder sentir, cambiar de opinión, aprender, crecer.
Esta pausa mensual me ha enseñado que reflexionar no es mirar atrás para juzgarte, es mirar atrás para reconocerte.
Y cuando te reconoces, es mucho más fácil planear lo que viene con claridad y desde un lugar de calma.
No necesitas horas ni rituales perfectos. Solo necesitas querer volver a ti.
Sé que a veces pensamos que para hacer este tipo de pausas necesitamos horas libres, una rutina súper específica o mil cosas más. Pero no. A veces con 5 minutos es suficiente.
Lo importante es crear el espacio.
Y tener una herramienta que te lo recuerde, ayuda mucho.
Por eso creé el Night Journal y el espacio de Reflexión Mensual en las agendas de monpaper.
Porque no siempre tenemos la cabeza para recordar qué necesitamos. Pero cuando abrimos el journal y vemos las preguntas ahí, todo fluye.
No necesitas escribir mucho. Puedes poner una palabra, una idea, o simplemente soltar algo que traías en la mente.
También está el Morning Journal, si prefieres empezar el día agradeciendo en lugar de cerrar el día reflexionando.
Yo a veces uso ambos, dependiendo de cómo me siento. Y en días de saturación, solo contesto una pregunta. Pero con eso basta. Porque aunque sea poquito, estás eligiéndote.
Inténtalo este fin de mes (y repítelo el que sigue)
Si te animas a probarlo, te dejo una idea para este cierre de mes.
Tómate 5 minutos para escribir esto:
- Lo que más me gustó de este mes fue: _______
- Algo que aprendí y quiero recordar es: _______
- Hoy agradezco: _______
- El siguiente mes quiero sentirme más: _______
Si tienes tu Night Journal o tu Agenda Monpaper, ya sabes que ahí tienes un espacio justo para esto.
Y si no, puedes empezar en una hoja suelta o en una nota de tu celular. Lo importante es empezar.
Haz esa pausa.
Porque aunque todo siga moviéndose allá afuera, tú mereces parar, respirar y recordarte que estás haciendo lo mejor que puedes.
– Montse