Me ha pasado muchas veces que al inicio de mes quiero controlar y planificar cada aspecto de mi vida, no importa que tan insignificante pueda llegar a ser. Siempre pienso que este será el mes en el que por fin cumpla todo, haga muchos planes, vaya a muchas partes y me convierta en una gurú del bienestar.
Y como te imaginarás, para la semana 2 del mes ya estoy cansada, drenada y no haciendo ni la mitad de los planes que quería hacer, así que me la he pasado pensando en que puedo hacer respecto a esto, porque obviamente me gusta planear, pero creo que planear demasiado me abruma y hace que “tire la toalla” muy pronto. ¿Te ha pasado?
Después de añossss de estar cansada por esto y de sentir que soy un fail porque no puedo cumplir TODO lo que me propongo, por fin pasé de la frustración al análisis y del análisis a la acción, así que aquí te voy a dejar 5 pasos fáciles que sé que te van a funcionar si también te abruma un poquito hacer muchos planes.
5 pasos fáciles para planificar sin estrés
1. Acepta tu forma de ser 🫂
Te preguntarás ¿esto cómo se relaciona a planear con balance? y déjame decirte que está muy muy relacionado.
Siento que ahorita vivimos en una cultura de workaholics, en dónde lo más importante es la productividad y muchas veces se mide el valor de una persona por qué tan ocupada está o las cosas importantes que tiene que hacer. Eso nos ha hecho creer que si no tenemos esa personalidad, seguramente hay algo malo con nosotros… y la verdad es que no!
No me acuerdo bien cómo llegó este pensamiento a mi mente, pero siendo una persona introvertida, a la que le gusta estar en su casa y hacer solo planes tranquilos antes de la 9:00 pm de preferencia, a veces me sentía mal o “rara” por no querer hacer lo que todo mundo está haciendo, o al menos lo que todo el mundo publica.
Y eso aplica para todo, no solo para planes sociales. Siempre he querido que mi trabajo sea tranquilo, pero en redes veo tanta romantización de emprender o de la “hustle culture”, que muchas veces he pensado que lo que estoy haciendo está mal porque no es lo que veo que todos hacen. Y luego intentaba hacer lo que todos hacen, me estresaba, me cansaba, terminaba no haciéndolo y volviendo al punto de inicio de frustración y de preguntarme qué estoy haciendo con mi vida.
Así que entendí que para hacer lo que yo realmente quiero hacer y lo que me sale natural, debo aceptar mi forma de ser, mi personalidad, mi esencia, mis características principales.
Porque una vez que acepté cómo soy, todo empezó a fluir y las cosas dejaron de sentirse forzadas. Me relajé y eso hizo que pudiera organizarme mejor porque dejé de obligarme a hacer cosas que no quería o que realmente no necesitaba hacer. Fue como un declutter para mi agenda y también para mi mente. Bye planes o tasks forzados, hola balance.
2. Sé realista ✅
Esta es la parte más importante de hacer planes. El ejemplo más obvio que te puedo dar es el de los propósitos de año nuevo. No se que nos pasa a todos el primer día de cada año, que de pronto decidimos que podemos escalar la montaña más alta del mundo la próxima semana aunque nunca hayamos caminado más de 10km en horizontal en la vida. Y obviooooo, yo no estoy peleada con soñar y con manifestar, me encanta jajaja pero para establecer metas realistas, debes tener una idea de cómo las vas a cumplir. Una serie de pequeños planes que te van a ayudar a alcanzar tus metas.
No puedes proponerte al inicio del año que vas a correr un maratón en diciembre sin planificar tus entrenamientos, rehabilitaciones y carreras de cada semana. Es un conjunto de muchos factores. Por eso la importancia de ser realista, de aceptar cómo eres y de los pasos que tienes que seguir para convertirte en lo que quieres.
Si no eres realista con tus metas y planes, es probable que no las cumplas y es probable que cuando no las cumplas te sientas mal, sin motivación y pensando “para que sigo poniéndome metas si nunca logro nada”.
Mira la diferencia entre estas 2 oraciones:
- Voy a leer 48 libros este año. A ver cómo le hago.
- Voy a leer 48 libros este año. Mi meta mensual será de 4 libros y mi meta semanal es de 1 libro. En enero empezaré con libros cortos y cada vez iré aumentando la longitud. Llevaré registro de todos en un diario de libros.
¿Cuál suena más realista y posible?
Si sientes que “no cumples lo que te propones”, es porque seguramente no estás siendo realista o porque solo te enfocas en el resultado final que quieres alcanzar, y no en todo el proceso que eventualmente te llevará a ese resultado. La paciencia es una virtud que debemos poner en práctica más seguido.
En Instagram tengo un post de metas S.M.A.R.T que te podría funcionar, revísalo aquí.
3. Planea a largo, mediano y corto plazo pero simple 📅
Descubrí que planear muy adelante en el futuro es muy estresante para mi, de cierta forma me paraliza porque siento que tengo demasiadas cosas que hacer, así que encontré un método que me está funcionando increíblemente bien y te lo quiero compartir.
A LARGO PLAZO — COSAS FIJAS Y SENCILLAS
Al ser una persona adulta, con una vida ocupada y con responsabilidades fijas, tengo que planear varias cosas con anticipación. Así que para liberar a mi mente, anoto en mi agenda o en mis reminders del celular lo siguiente:
- Cosas de trabajo que se tienen que planear con anticipación.
- Pagos que tengan fechas fijas: Servicios, renta, tarjeta, suscripciones, etc.
- Fechas importantes: Cumpleaños, aniversarios, celebraciones familiares.
- Vacaciones: Los días que puedo tener libres en el año para viajar o hacer cosas diferentes a mi rutina diaria.
Estas cosas pueden sonar medio insignificantes o puedes pensar que nunca se te van a olvidad, pero están ocupando tu valiosísimo espacio mental y anotarlas te va a liberar.
A MEDIANO PLAZO: EL MES EN CURSO - LOS NO NEGOCIABLES DEL MES
Alcanzar un punto de equilibrio entre la vida laboral, social y mi bienestar personal ha sido de las cosas más difíciles que he intentado hacer en mi vida. La verdad no lo he logrado, pero cada vez me siento más cerca y más a gusto con lo que estoy haciendo.
Planear a mediano plazo significa planear en el futuro cercano. En mi opinión planear el mes en curso es lo ideal. Por ejemplo, ya estamos en marzo y ya sé que en este mes:
- Cumple años una amiga.
- Voy a trabajar todos los días de 9 a 6.
- Voy a tener una reunión mensual con mi grupo de amigas.
- Tengo una boda.
Y sé que cada semana o cada 2 semanas tengo:
- Terapia los lunes
- Cita de uñas los viernes
- Reunión familiar los sábados
Entonces, lo que hago es escribir esos compromisos fijos, que ya tienen día y hora definidos en mi agenda, y así cualquier otra cosa que vaya surgiendo puede ser planeada o programada alrededor de esas fechas / horarios que ya tengo “separados”.
Esto funciona excelente y me da paz mental, además de que me ayuda a poner límites con mi tiempo y amo eso jajaja. Me hace darme una idea de como estará el mes, que tan ocupada estoy y que tanto más quiero o no quiero hacer.
A CORTO PLAZO — DÍA A DÍA
Y por últimooooo, el día a día. Me di cuenta que cuando quería planear absolutamente todos los tasks de mi semana por ejemplo el domingo, normalmente para el martes ya me había salido del plan que yo misma creé, así que ahora hago una planificación general semanal, pero cada día voy agregando las cosas que necesito hacer ese día.
Por ejemplo, el domingo reviso que cosas no negociables tengo en la semana (terapia, algún cumpleaños, ir al súper), calculo mis tiempos y acomodo mis tasks para cada día.
Defino qué día podré pasar más tiempo en la computadora, que días tendré que hacer vueltas y que días tengo que hacer otro tipo de tareas. Ya sabiendo esto, se vuelve más fácil organizar todo.
Si ya definí que el lunes va a ser mi día de computadora, ese día anoto todas las cosas que sé que tengo que hacer en computadora (hacer facturas, planeaciones en asana, contestar correos, etc.) Esto me ayuda a despertar con mayor claridad mental cada día y el ir tachando cosas de mi to-do list se vuelve como una mini competencia (sana, obvio) conmigo misma.
4. Utiliza la herramienta que más te funcione (no, no es tu mente) 🧠
Existen muchas formas de organizarte y todas pueden ser igual de efectivas; agenda física, libreta, agenda digital, app de notas, checklist, etc. La única que siento que en algún momento te puede traicionar es la de querer almacenar todo en tu mente porque SI te vas a acordar y NO se te va a olvidar. ¡No lo hagaaaaas! Been there.
Tener una o varias herramientas de confianza para organizarte te va a dar un sentido de control y mucha pero mucha paz mental.
Para mi trabajo yo utilizo Asana, para todos los aspectos de mi vida mi agenda, y para el día a día mi daily planner digital. Últimamente esta combinación me ha funcionado de maravilla porque he encontrado en qué momentos debo utilizar cada una de las herramientas de este combo.
Te recomiendo experimentar hasta que encuentres el sistema ideal y cómodo para ti.
5. ¡Disfútalo! 🥳
¡Es vitaaaal! Y es difícil también, no lo vamos a negar. Muchas veces nos enfocamos más en el resultado que queremos alcanzar ASAP en lugar de disfrutar de todo el caminito que estamos recorriendo para llegar a ese resultado.
Como te dije anteriormente, la paciencia es una virtud que vale la pena implementar en nuestra vida. Deja de enfocarte tanto en esas frases típicas de “cuando tenga esto seré feliz”, “cuando logre esto podré…”
Haz que la experiencia de planear sea disfrutable y no estresante. No te olvides de planear también tus momentos de descanso, momentos de no hacer nada y momentos para ti. Obvio tienes obligaciones que cumplir, pero para estar al 100% también necesitas dedicarte tiempo a ti.
En el próximo blog te voy a contar de una técnica que he estado utilizando para balancear mejor mis planes y no sólo enfocarme en puro trabajo o en puro "yo, yo, yo". Pronto te vas a dar cuenta que si te lo propones, hay tiempo para todo.
¡Gracias por leerme! Nos vemos en el próximo blog :)
- Montse