La vida está llena de altibajos, pero tuve una época en la que sentí que había más bajos que altos. ¿Te ha pasado?
El año pasado viví algunas situaciones que alteraron mi paz mental. Me sentía mal casi siempre, y a pesar de que en mi vida las cosas que yo podía controlar iban relativamente bien y estaba siendo muy muy constante con terapia, algo se sentía mal dentro de mí.
Claro que había días buenos en los que me sentía productiva y la creatividad fluía, pero desde mi percepción, los días malos parecían no tener interrupción.
Así que pasó lo que tenía que pasar; me cansé y exploté. Tuve un momento de breakdown que me hizo cuestionarme y entenderme. Esperando que te ayude en algo, en este blog te quiero compartir mis reflexiones de mal día.
1. La vida no es perfecta
Siempre hay altas y bajas y está bien. Suena cliché pero realmente es muy cierto.
Aquí te dejo un dibujo de como veía la vida antes y como la veo ahora:
Siento que el tener la idea de "todo tiene que estar perfecto para que yo pueda sentirme al 100%" es súper errónea e incluso nos hace ignorar el valor de las pequeñas cosas y de los momentos cotidianos.
2. Deja de analizar todo
A veces necesitas dejar de analizar tanto lo que te pasa y solo dejar que pase mientras tenga que pasar. No tienes que buscarle explicación a todo. Deja que tu mente descanse. Se lo merece y sobre todo, te lo mereces.
Yo sé que no es fácil, estás hablando con una professional overthinker aquí. Pero es triste darse cuenta que una gran parte de nuestro sufrimiento es provocado por nuestra propia mente.
Lo que yo me pregunté a mi misma es esto: ¿Si mi mente me está causando este sufrimiento o preocupación; también es capaz de causarme alegría y felicidad? Sigo buscando la respuesta, pero me he dado cuenta que muchas veces todo depende de la perspectiva con la que ves las cosas y sobre todo, de como reaccionas a ellas.
3. Es válido apagar la mente
Vivimos en la era de ir a terapia y enfrentar tus sentimientos. Me encanta saber que ahora tantas personas vamos a terapia por decisión propia, conocemos la responsabilidad afectiva y estamos aprendiendo a convivir con nuestras emociones.
A pesar de que ahora tenemos mucho conocimiento relacionado a la salud mental a nuestro alcance, a veces simplemente es too much. A veces no quieres pensar y ya. ¡Está bien! Es válido no querer enfrentarte contigo mismx. Permítelo el tiempo que sea necesario. Pero no te quedes evadiendo lo que te incomoda todo el tiempo. Enfrentar es importante y es parte de la vida, es lo que te hará crecer.
4. Haz algo que te distraiga
Si quieres dejar de enfocarte en tus problemas un ratito, haz algo que no implique pensar:
- Ve una serie de risa (mis go to son 'Friends' y ‘The Office’).
- Ve una película palomera.
- Escucha un podcast cool.
- Duérmete escuchando música tranquila o white noise.
- Sal a caminar al parque.
- Si tienes la oportunidad, quédate en tu cama.
Estas actividades te ayudarán a calmar tu mente por un momento e incluso pueden darte la claridad que necesitas.
Bonus: Actividad que da paz
Una vez más, la escritura al rescate: Agarra una hoja y escribe todas tus prioridades, deseos, preocupaciones, etc. Después, acomódalos por orden de importancia. Fíjate qué necesitas hacer o resolver ya y deja lo demás para después. Así de rápido puedes obtener un poquito de paz mental. O maybe no paz, pero sí tranquilidad.
Apagar tus pensamientos y dejar de existir un ratito está bien y definitivamente es necesario.
Si un día sientes que es el peor día, date un break. Deja de pensar. Recuerda que hasta el día más feo puede dejarte alguna enseñanza. Espero que estas reflexiones de mis días malos lleguen a ti en un momento correcto. Nada me haría más feliz que saber que este blog tuvo un impacto positivo en ti.
Gracias por leerme! Nos vemos en el próximo blog.